martes, 2 de noviembre de 2010

En ese momento, creí odiar a Tom con todas mis fuerzas por haberme hecho enloquecer de aquella forma, por desearle más que a nada, y por no significar nada para él. Le odié por haber entrado en mi vida y haberla puesto del revés. Y sobre todo, me odié a mi misma por ser tan débil y haberme dejado arrastrar. Y a pesar de ese sentimiento de odio, cuando todo terminó, no pude evitar pensar en cómo hubiese sido todo si el chico que yacía a mi lado hubiese sido Tom Kaulitz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario