Ya habia caido el sol cuando me quise dar cuenta. Una tarde como esa no espera a que llegue la noche, pero llegó, llegó la noche y aún asi continuó siendo igual de especial. No nos cansabamos de estar juntos, era perfecto. Él es perfecto.
Estaba apoyada en el capó del coche y el pegado a mi, justo en frente. Sus brazos rodeaban mi cintura y los mios la suya. De vez en cuando, algun que otro beso calmaba el ruido de nuestras voces. Era todo tan especial... en serio, es dificil de explicar. Pero un comentario rompió ese momento tan bonito.
-Me gusta una chica de aqui...
+¿Quién? ¿Cómo se llama?
-Lidia
Aunque sonreia lo decia bastante en serio a mi parecer.
+¿En serio? -decepcionada-
Me puse a mirar al suelo. Él dejo de sonrreir inmediatamente.
+Yo estoy por encima de todas, que lo sepas. Te quiero como nadie. -le dije-
Acto seguido, sin decir nada me levanto la cabeza y me dio un beso. Bendito beso.
Mis brazos volvieron a rodear su cuerpo, pues él, sin embargo, no habia dejado de hacerlo en ningun momento.
Dados de la mano, de camino a mi casa me paró y dijo:
-Hagamos algo bonito esta noche.
Yo pensé, ¿hacer algo bonito? No podemos hacer algo bonito, ya esta hecho; y no solo bonito, PERFECTO. Él ya esta creado yes perfecto, bonito, hermoso y todos los sinonimos que existen. Con esos ojos claros, esos labios, esos rizos, ese cuerpo, esa voz... ¿más bonito que eso? Imposible.
Aun así no me podian brillar más los ojos en aquel momento. Inmediatamente me lancé a su cuello. Me alzó, até mis piernas en su cintura y entramos en casa sin encender ni una luz.
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